- Primera vez que en Honduras se realizó la secuenciación genómica gracias al apoyo de la Organización Panamericana de la Salud.
Cuando a la microbióloga Soany Ávilez la seleccionaron para implementar la secuenciación genómica de SARS-CoV-2 (el virus que causa la COVID-19) en Honduras se quedó maravillada. A raíz de la pandemia, Soany comenzó a trabajar en el Laboratorio Nacional de Virología en 2020 realizando pruebas de RT-PCR para diagnóstico de COVID-19. En ese momento, la secuenciación genómica para detectar las variantes del virus se realizaba fuera del país. Sin embargo, un proyecto para brindar a Honduras y a otros países de la región las capacidades para secuenciar in situ y obtener los resultados más rápido se estaba gestando con el apoyo técnico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y financiero del Gobierno de los Estados Unidos.
La vigilancia genómica permite conocer la evolución de los virus y otros patógenos a medida que van cambiando a lo largo del tiempo. Conocer esos cambios o mutaciones que pueden modificar su transmisibilidad y gravedad, permite orientar las medidas de salud pública. Durante la pandemia, fue una estrategia clave para monitorear el comportamiento del SARS-CoV-2 y una herramienta que se está integrando ahora en la vigilancia de otros patógenos.
Karla Romero, otra microbióloga a cargo de la vigilancia genómica, reconoce que la implementación de la secuenciación en Honduras ha sido «un gran reto» que requirió mucho «sacrificio y compromiso» tanto dentro como fuera del laboratorio.
Karla y Soany carecían de experiencia o conocimientos para analizar grandes secuencias de material genético (ADN), un proceso complejo que requiere de tecnología, área y flujos de trabajo, preparación de librerías genéticas y un proceso de secuenciación especiales.
El área de secuenciación debió crearse desde cero. En 2022, las autoridades seleccionaron y acondicionaron un espacio dentro del Laboratorio Nacional de Virología. Con el apoyo de la OPS se adquirió un secuenciador, insumos, reactivos y mobiliario, y Soany y Karla viajaron al Instituto Conmemorativo Gorgas de Panamá para capacitarse en bioinformática y secuenciación genómica.
«Todo con el objetivo de crear las capacidades de vigilancia genómica del SARS-CoV-2 y de otros patógenos de importancia en salud pública en el país», destaca Gabriela Rodriguez Segura, coordinadora del Proyecto de consolidación de capacidades de secuenciación genómica de la OPS en Honduras. Antes de que se crearan estas capacidades a nivel local, las muestras para conocer las variantes que circulaban en el país se enviaban a los laboratorios de referencia de la Red Regional de Vigilancia Genómica de COVID-19 (COVIGEN) creada por la OPS para apoyar a países sin capacidad para realizar secuenciación en su territorio.
En marzo de 2023, el esfuerzo dio sus frutos y la emoción se adueñó del Laboratorio Nacional de Virología cuando tras varios intentos se realizó con éxito la primera secuenciación del SARS-CoV-2 en el país. «No lo podíamos creer», dice Soany. «Nos sentimos muy contentas porque fue un gran desafío y el resultado nos hizo sentir realizadas».
El 21 de marzo de 2023 se obtuvieron los resultados y fue la primera vez que se detectó en el país y por profesionales de la salud de Honduras el sublinaje XBB de la variante ómicron. Para Karla, la clave fue «no darse por vencida ante el reto más enorme».
«Es un hito para la salud pública del país que se esté realizando secuenciación genómica», sostiene la doctora Mitzi Castro, jefa del Laboratorio Nacional de Vigilancia de la Salud de Honduras. «Es un momento histórico porque de aquí partimos para hacer en el futuro vigilancia genómica de otros patógenos de interés sanitario», agrega.
Según la doctora Castro, el país cuenta ahora con tecnología de punta. «El laboratorio está a la vanguardia, y eso es un éxito y un orgullo, por lo que agradecemos a todos los que han puesto un granito de arena para que Honduras no se quede atrás».
La OPS ha venido fortaleciendo o creando las capacidades de secuenciación de los países de la región desde 2020 cuando creó la red COVIGEN. Además de Honduras, los laboratorios de salud pública de Bahamas, Barbados, Guatemala y Haití, entre otros, también comenzaron a hacer secuenciación genómica por primera vez entre 2021 y 2022. La Organización Panamericana de la Salud sigue trabajando con los países de la región para ampliar la vigilancia más allá de la COVID-19, con el fin de asegurar una detección y caracterización oportuna de agentes que puedan emerger en la región.